Havamal: literatura y «pedagogía» escandinava del siglo X

El jueves, Aitor, de 14 años, se sorprendió durante una sesión de trabajo cuando surgió un comentario sobre la literatura medieval escandinava: los que él conocía por el nombre de vikingos no tenían literatura, o al menos eso creía él. Su imagen de esos pueblos estaba reducida a la caricatura de la barbarie ignorante (y a un nombre-etiqueta poco afortunado). Le prometí compartir con él algunas lecturas apasionantes de esa literatura.

Sabía que comenzaría por el «Havamal», del que allí mismo le recite un par de líneas que llevo en mi memoria como un tesoro. Este texto imprescindible, redactado en el siglo X en pleno paganismo, es una fuente de información valiosa sobre esos pueblos, con bellas palabras y restos de fuentes más antiguas. También hay bastante sentido común y sabiduría popular universal entre sus líneas, escritas para ser recitadas.

He decidido publicar una pequeña cita en el blog para compartirlo con más jóvenes, o no tan jóvenes. Porque así mato dos pájaros de un tiro: cumplo mi promesa con Aitor y aprovecho para que un poco de sensatez se extienda por ahí.  Aunque esta voz tenga más de mil años, creo que sigue dando algún buen consejo.

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Extraordinaria figurita femenina, que nos acerca a esa época. Fuente de la imagen: Heritage Daily

 

Havamal

«5  Arte necesita     quien mucho viajó,

fácil resulta en casa;

risible resulta     aquel que no sabe

y se sienta entre sabios.

6  De su sabiduría     no hay que jactarse,

los juicios hay que cuidar,

el que es sabio y reservado     regresará a su casa,

desgracia no alcanza al sabio;

nunca encuentra el hombre     amigo más fiel

que una gran inteligencia.

7  El huésped precavido     que llega al banquete,

que calle y escuche;

sus oídos escuchan,     sus ojos observan,

así atiende el hombre sabio.

8  Siempre es feliz     quien por sí mismo consigue

alabanza y aprecio;

fácil no ha de ser     si el hombre la obtiene

del pecho de otros.

9  Es siempre feliz     quien por si mismo tiene

alabanza y saber en su vida;

porque mal consejo     se recibe a menudo

del pecho de otros.

10  No hay carga mejor,     para el que viaja,

que una gran inteligencia;

es la mejor riqueza,     parece, en tierra extraña,

de la miseria protege.

11  No hay carga mejor,     para el que viaja,

que una gran inteligencia;

es la peor vitualla     para los caminos

un ansia excesiva de licor.»

Y hay mucho más, os invito a leerlo completo.

Fuente: Sturlurson, Snorri. «Textos Mitológicos de las Eddas» , traducción de Enrique Bernardez, Miraguano Ediciones, Madrid, 1987, pags. 117-118.

De las sagas, tal vez hablaremos en otro momento más propicio, con una buena comida a mano y cerca de un buen fuego.